lunes, 15 de octubre de 2012

El gran salto supersónico de Felix Baumgartner


El gran salto supersónico de Felix Baumgartner

Finalmente llegó el día, el Domingo 14 de octubre de 2012, el austríaco Felix Baumgartner pudo concretar su anhelado sueño de saltar desde más de 31.000 kilómetros concretando varios records en su camino. El austríaco de 43 años logró quebrar tres récords mundiales: realizar el salto más alto y el más rápido en caída libre y convertirse en la primera persona en romper la barrera del sonido (1100 kilómetros por hora) afuera de una aeronave. Baumgartner logró una velocidad máxima de 1342,74 kilómetro por hora, exactamente 1,24 veces la velocidad del sonido en su caída libre desde el espacio. La velocidad, revelada unas horas después del salto sin precedentes, fue significativamente mayor que la dada anteriormente por una vocera de la organización, quien la había cifrado en 1136 km/h.

El récord de salto en paracaídas lo obtuvo Joe Kittinger, un ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense que en 1960 se lanzó desde 31.333 metros de altura. A los 83 años, formó parte de la misión Red Bull Stratos. Las tres suspensiones realizadas se debieron al mal clima, que impidió que el gigantesco globo de helio lo elevara. Pero el pronóstico del tiempo era favorable para esta ocasión. “Me gusta lo que veo para la mañana del domingo, pero todo dependerá de lo que suceda con el viento”, aseguró Don Day, el meteorólogo de la misión. El ascenso hasta la estratósfera duró poco más de dos horas y media. Una vez llegado a la altura establecida, Baumgartner abrió la puerta de su cápsula y se tiró al vacío. El salto fue transmitido en directo por el sitio web de la misión, que dispuso más de 35 cámaras en tierra y en aire y cinco adosadas al traje de Baumgartner. Hace cinco años que el austríaco se entrena para este salto, cuyo mayor riesgo es comenzar a girar fuera de control, lo que podía hacerle perder el conocimiento. Baumgartner ya rompió distintos récords en el pasado, y realizó saltos espectaculares desde las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, Malasia, y desde el Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil. Su misión estuvo integrada por un equipo de 100 personas, y pretendía contribuir a la investigación aeronáutica, para los astronautas y los futuros turistas del espacio. Su hazaña ya entró en la historia.


Como se sintió durante el vuelo

Luego de saltar desde 39 kilómetros de altura, lo que le permitió convertirse en el primer hombre en romper la barrera del sonido, el paracaidista Felix Baumgartner describió las sensaciones que le dejó la proeza. "Cuando estás parado en la cima del mundo, te conviertes en tan humilde. No piensas en romper ya los records, no piensas en obtener datos científicos. Lo único que deseas es regresar con vida", expresó. Cuando estuvo en tierra, el autríaco consideró que, en general, su salto fue más duro de lo que pensaba. "No tengo idea de si rompí la barrera del sonido y cuándo. En un momento pensé que perdía la conciencia. Me liberé de 20 toneladas de carga de mis espaldas", contó al recordar el los primeros segundo de la caída libre. Baumgartner salió a la cápsula que lo había transportado hasta los 39 kilómetros de altura. Desde allí, se arrojó con un traje presurizado y, después de 48 segundos de caída libre supero la velocidad del sonido al alcanzar más de 1.110 kilómetros por hora. Luego, la densidad del aire fue frenando su trayectoria, abrió el paracaídas y llegó sano y salvo a la tierra. La secuencia duró cuatro minutos y 19 segundos. "Fue más difícil de lo que esperaba. A veces tienes que ir realmente alto para saber cuán pequeño que eres", manifestó.
 
Tuvo paciencia y lo logró la hazaña

El aventurero, también conocido como Felix "sin miedo", llevaba toda su vida entrenando para este momento. El lanzamiento del globo fue retrasado en varias ocasiones. La prueba estaba prevista originalmente para el lunes, pero debió posponerse debido a las condiciones climáticas. Nacido en Salzburgo en abril de 1969, a Baumgartner le inspiraron los astronautas que veía en televisión y soñaba con lanzarse en caída libre y volar en helicóptero. Su primer salto lo realizó a los 16 años y mejoró sus habilidades con paracaídas como miembro del equipo de fuerzas especiales del Ejército de su país. Sus proezas llamaron la atención internacional: en 1999 saltó desde las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, y batió un nuevo record mundial para salto BASE más alto desde un edificio.

 
Ese mismo año, se arrojó desde el Cristo Redentor de Río de Janeiro, en Brasil. Cuatro años más tarde volvió a hacer historia con un "vuelo" en caída libre a lo largo del Canal de la Mancha: saltó desde una avioneta a 32.000 pies y utilizó un ala de fibra especialmente diseñada para cruzar la distancia de 35 kilómetros en sólo seis minutos. Baumgartner llevaba desde 2010 trabajando para batir el actual record de altura en salto en paracaídas. Antes estaba en posesión de Joe Kittinger, quien en 1960, saltó desde una distancia de más de 31 kilómetros sobre la superficie terrestre. El hombre, de 84 años, quien forma parte del equipo de asesores, también fue el primero en felicitarlo cuando aterrizó tras sus dos saltos de prueba: el primero desde 22.000 metros de altura, en marzo de 2012, y el segundo desde casi 30.000 metros, en julio. Decenas de canales de televisión y de páginas de internet transmitieron en directo el evento de ayer. Los costes se estima que alcanzaron los U$S 65 millones, aunque el auspiciante no dio a conocer una cifra oficial. El efecto publicitario fue enorme, ya que se calcula que cientos de millones de personas siguieron el salto en todo el mundo.


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